jueves, 9 de agosto de 2012

Te amo celular...


 Resulta extraño decir que una persona está casada con su celular. No habrá argolla de por medio, pero sí un lazo indisoluble hasta que un olvido o un robo, porque jamás será el hastío, rompan esa relación que cualquier experto calificaría como dependiente, a juzgar por el comportamiento de los usuarios.



No hay que dudarlo: ese lazo se reafirma sin rubor. En una encuesta de El Colombiano, cuyas preguntas se formularon con base en un estudio global de Intel, 42,5 por ciento de los consultados prefirien perder su anillo de bodas a dejar su móvil.

Siente estrés (63%) si al viajar no encuentra un enchufe para conectar su celular. Y más de la mitad (53%), considera que su móvil es “indispensable”.

Como le sucede a Luisa Restrepo: “Trastié mi vida para el celular”. Como Directora de nuevos medios del Taller de Edición, su diario vivir pasa por las aplicaciones, correo, notas, redes sociales, el chat y la navegación. “Para lo que menos lo uso es para llamar”.

Es tan arraigado el recurso del móvil que Google reconoce que 20 por ciento de las búsquedas se hacen desde allí. Además, 40 millones de personas (37 por ciento de los usuarios de Twitter) trinan desde el móvil.

Economía de las apps
Hay 6 mil millones de suscripciones móviles en el mundo. Es decir, 75 por ciento de la humanidad tiene acceso a uno de estos dispositivos que caben en un bolsillo.

Tanto así que el fenómeno llamó la atención del Banco Mundial, que en su estudio Maximizing Mobile, de 2012, investigó el impacto de esa conectividad y de la llamada “economía de las apps (aplicaciones)”.

La lógica es simple: si una aplicación empodera a los individuos, mejora su estilo de vida y sustento, por ende, enriquece la economía.

Y eso que apenas estamos en la etapa embrionaria de lo que podrá nombrarse como la verdadera explosión de los datos en vista del aumento de la cantidad de dispositivos conectados a internet.

Para no abrumarse: desde 2010 hasta 2015, el tráfico de voz sobre IP (protocolo de internet), aumentará en un 42 por ciento, según previsiones de Cisco. Lo que quiere decir que cada vez menos personas se comunicarán a través de una llamada de voz.

Aunque todavía el factor humano es importante, con mensajes cortos como “llegué bien”, “¿Dónde vas a comer?”, la mensajería instantánea vía móvil, se consolidará como la elección predominante.

Su reinado se dará por un fenómeno de sustitución. Mientras un mensaje de texto es pago, el chat es gratis y sucede en tiempo real.

Va en aumento en jóvenes entre 10 y 18 años. Ellos, además, navegan por el celular, lo usan como cámara de fotos, es el soporte para ver video y lo mantienen todo el día encendido, incluso en un encuentro familiar o una clase. Es una extensión de sus vidas.

Una cuestión de uso
El dispositivo, por más objeto del deseo que sea, no es lo esencial. “Tecnología es un lápiz o un iPad. Pero si no sabemos qué, cómo y por qué creamos con esos dispositivos, siguen siendo adorno”, dice Luis David Tobón, coautor junto con Alejandro Formanchuk de los eBook, educación 2.o y Cultura 2.0.

Claro, hay quienes portan el móvil como símbolo de estatus y lo subutilizan en el trabajo. Otros, como el ingeniero Juan Camilo Agudelo, creen que es un objeto muy personal. “Toda tu información está ahí. Ya dejaste de tener solo tu libreta de teléfonos ahí a tener toda tu vida”. Incluso la que le garantiza hacer teletrabajo.

De los accidentes que suceden al caminar mientras se mira a la pantalla, para no perderse un minuto en un chat o un nuevo mail que entra con una vibración, dan cuenta algunos videos en You Tube y los chistes que se repiten en en ecnuentros con la familia o los amigos.

Tan frenética es esta actitud, que en la encuesta de El Colombiano, más del 58 por ciento de los encuestados prefiere prender el celular a lavarse las manos, cuando baja de un avión.

Curiosidad da lo que hacen los otros en el móvil, algunos (32, 4%) confiesan que espían en la pantalla del vecino cuando prende el celular. Más aún si no se despega de un juego en la pantalla.

Cada vez importa más ese cuadrilátero lleno de pixeles que bota contenido diseñado y configurado a la medida. Por eso no es raro que haya quienes digas que extrañan al celular tanto como a la media naranja.


Tomado de ELCOLOMBIANO

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